El servicio de suscripción Xbox Game Pass atraviesa uno de sus momentos más turbulentos desde su lanzamiento, tras una serie de cambios que han provocado una reacción masiva por parte de los usuarios. La subida de precios, la reestructuración de los planes y la eliminación del canje directo mediante Microsoft Rewards han desencadenado una oleada de cancelaciones que ha colapsado temporalmente los sistemas de Microsoft.
El pasado 1 de octubre, Microsoft anunció una subida significativa en el precio de Game Pass Ultimate, que pasó de 17,99 € a 26,99 € mensuales en España. La medida, que también afectó a los planes Premium y Essential, fue acompañada por una reestructuración del sistema de recompensas Microsoft Rewards, eliminando la posibilidad de canjear puntos directamente por meses de suscripción. En su lugar, los usuarios deben ahora convertir sus puntos en tarjetas regalo de Xbox y gestionar manualmente el pago de su suscripción.
La respuesta no se hizo esperar. Miles de usuarios intentaron cancelar sus suscripciones en las horas posteriores al anuncio, provocando la caída temporal de la página oficial de Xbox para gestionar membresías. En redes sociales, numerosos jugadores compartieron capturas de pantalla con errores de carga y mensajes de fallo, mientras expresaban su frustración por lo que consideran una pérdida de valor del servicio.
“Llevo años suscrito a Game Pass Ultimate y siempre lo renovaba con puntos. Ahora no solo tengo que hacer más pasos, sino que necesito más puntos y encima me suben el precio. Es insostenible”, comentaba un usuario en un foro especializado.
Una encuesta realizada por el medio IGN, con más de 42.000 participantes, reveló que el 53,9 % de los votantes no planea suscribirse a Game Pass en su nuevo formato, mientras que solo el 19,8 % aceptaría el nuevo precio de Ultimate. Aunque Microsoft no ha publicado cifras oficiales, los datos sugieren una pérdida potencial de más de la mitad de los suscriptores activos.
Además de la subida de precios y el cambio en Rewards, los usuarios han criticado la eliminación de beneficios como el 10 % de descuento en contenidos descargables, que ha sido sustituido por un sistema de acumulación de puntos por compras. También se han introducido bonificaciones por actividad diaria y por uso de múltiples plataformas, pero muchos consideran que estas medidas no compensan el aumento de coste ni la pérdida de comodidad.
Expertos del sector señalan que Microsoft podría estar apostando por una estrategia de consolidación de ingresos, priorizando a los usuarios que pagan directamente y reduciendo el número de suscripciones subvencionadas por recompensas. Sin embargo, advierten que el impacto en la fidelidad de la comunidad podría ser duradero si no se ajusta la propuesta de valor.
Por ahora, la tormenta no parece amainar. La compañía se enfrenta al reto de recuperar la confianza de sus usuarios y demostrar que Game Pass sigue siendo una opción atractiva en un mercado cada vez más competitivo.